Estimulando el Desarrollo Humano

«El hombre que no sabe reir, no debería abrir una tienda» (Proverbio árabe).

En el mundo actual, en la jerga empresarial, en los clasificados de búsqueda de empleo, durante el estudio de nuestras carreras, etc, se escucha con mucha frecuencia la expresión «recursos humanos» para referirse al grupo de empleados, obreros, equipos de trabajo o personal en general que sostiene y da impulso a una empresa.

Por Gustavo Sarnari*

Esta expresión, que es un enfoque científico y racional ha llevado a descuidar territorios no científicos como el alma, el espíritu y las emociones, y a ignorar el poder que tienen para determinar el destino de una empresa o negocio, tomando a las personas como cualquier recurso físico, financiero o tecnológico, que puede ser desechado.

Las empresas que dependen de esta tradición, que son la mayoría, corren inmensos riesgos ya que los estímulos que reciben los empleados son negativos o basados en el miedo. Miedo al castigo, a cometer un error, a no caerle bien al  jefe, a la pérdida de empleo entre otros factores. Son muy pocos los titulares o gerentes de una empresa que brindan estímulos positivos a sus empleados, de manera tal de encender su motivación para lograr que tengan un mejor desempeño.

A la gente se la considera un costo y a este costo hay que administrarlo. Muchas empresas siguen funcionando hoy con estos patrones. La reducción de costos es el principal estímulo que impulsa a estas organizaciones (que con el tiempo tendrán que cerrar sus puertas).

Las mejores empresas llegan al alma de sus clientes, al estimular y forjar conexiones emocionales vitales. Cuando no se brinda un estímulo eficaz, las relaciones se atrofian y la empresa comienza a declinar, ya que sus miembros pierden la visión que debería ser compartida, se pierde el conjunto de intereses, valores y creencias que brinda estímulos esenciales a la experiencia del trabajo. Además de satisfacer la necesidad básica del sueldo, la gente va a trabajar por el estímulo de una mejor estima personal, de la interacción social, del logro individual, de la identificación con los ideales y éxitos de la empresa.

Frecuentemente los empleados pierden su alma frente a sus empleadores, pierden motivación por falta de estímulos positivos. Se convierten en piezas de una máquina que tritura sin cesar. Estas organizaciones deshumanizan a su gente y lamentablemente también a sus clientes. Cuando los clientes se dan cuenta se van. Los seres humanos no son recursos para administrar o gerenciar ya que son personas capaces de sorprendernos con su creatividad, talento, su entusiasmo y también con valores íntimos que ni ellos mismos alcanzan a medir, como fortaleza, paciencia, orden, solidaridad, energía, inspiración, alegría. La alegría es un valor esencial en cualquier acción comercial. La alegría, o en contrapunto la indiferencia se constituyen en factores que determinan el éxito o el fracaso en la empresa.

El estímulo positivo, la motivación, son valores esenciales en los miembros de una empresa, especialmente si se está en contacto permanente con el cliente, ya que se genera un entorno que estimula al cliente a que compre. Esto significa que debemos buscar maneras estimulantes de influir positivamente en los miembros de la empresa para que rindan en su tarea proporcionándoles por ejemplo, una capacitación y un desarrollo estimulantes. Significa que el sistema de recompensas debe ser estimulante, y no solamente tiene que ver con lo económico, ¿Cuántas veces se lo felicita a un empleado ante una tarea bien echa?. Significa que los directores, dueños, o gerentes de una empresa o negocio deben aprender a estimular positivamente a sus empleados.

Tal vez desarrollando mejor a  nuestros «humanos con recursos», logremos una larga vida en la empresa.

Gracias por compartir este espacio conmigo. Por cualquier sugerencia, comentario o consulta: gsarnarimkt@yahoo.com.ar

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